¿Qué es hipoteca?

Una hipoteca es un tipo de préstamo que una entidad financiera concede a un particular o empresa.

Este préstamo está pensado, principalmente, para la adquisición de un inmueble, y se caracteriza porque el propio bien adquirido queda en garantía de que el préstamo será devuelto.

Es decir, si no se realizan los pagos acordados, la entidad tiene el derecho de quedarse con el inmueble para recuperar la cantidad prestada.

Elementos de una hipoteca

En el mundo de las hipotecas, nos encontramos con algunos términos recurrentes que es esencial conocer:

  • Capital: Es la cantidad de dinero que se presta y que se debe devolver.
  • Interés: Es el precio que se paga por el dinero prestado, usualmente expresado en un porcentaje anual.
  • Amortización: Es el proceso de devolución del capital prestado.
  • Cuota: Es el pago periódico, que normalmente es mensual, y que incluye parte del capital más los intereses.
  • Plazo: Es el tiempo total en el que se acuerda devolver el préstamo.
  • Tipo de interés: Puede ser fijo, variable o mixto, y determina cómo se calculan los intereses.
  • Garantía hipotecaria: Es el inmueble sobre el cual recae la hipoteca.
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¿Cómo funciona una hipoteca?

Una hipoteca funciona de la siguiente manera: una vez que la entidad financiera y el cliente acuerdan las condiciones del préstamo, se firma un contrato. En dicho contrato se establece la cantidad prestada (capital), el plazo de devolución, el tipo y tasa de interés y las cuotas periódicas a pagar. La entidad inscribe la hipoteca en el Registro de la Propiedad, lo que da seguridad jurídica sobre el préstamo y la garantía.

En el caso de que el deudor no pueda hacer frente a las cuotas, la entidad puede iniciar un procedimiento de ejecución de la hipoteca, que puede concluir con la venta del inmueble para recuperar el dinero prestado.

Tipos de interés en las hipotecas

El tipo de interés es un elemento fundamental de cualquier hipoteca y la clave en el cálculo de las cuotas. Podemos encontrarnos con varios tipos:

  • Tipo de interés fijo: Mantiene la misma tasa de interés durante toda la vida de la hipoteca, lo que permite conocer con exactitud el importe de las cuotas futuras.
  • Tipo de interés variable: La tasa de interés varía en función de algún índice de referencia, como el Euríbor. Esto significa que las cuotas pueden subir o bajar.
  • Tipo de interés mixto: Combina periodos de interés fijo con periodos de interés variable.

Ejemplos prácticos de hipotecas

Ejemplo 1: Imaginemos que solicitamos una hipoteca con un capital de 200.000€ a un tipo de interés fijo del 2% anual a devolver en 30 años. Esto significa que durante esos 30 años pagaremos la misma cuota mensual, calculada con base en ese tipo de interés y en el plazo acordado.

Ejemplo 2: Si, en cambio, optamos por una hipoteca de 200.000€ a un tipo de interés variable referenciado al Euríbor +1%, con un plazo de devolución de 30 años, las cuotas cambiarán en función de las variaciones del Euríbor. En períodos donde el Euríbor sea bajo, disfrutaremos de cuotas más económicas, mientras que si el Euríbor sube, nuestras cuotas aumentarán.